EL COMERCIO
Luego de que el presidente Ollanta Humala planteara que los reos con sentencia firme sean trasladados a penales alejados de la ciudad y que además trabajen en obras de infraestructura; el vice presidente del TC, Ernesto Álvarez, dio algunos alcances para garantizar la efectividad de esta iniciativa.
En primer lugar, el magistrado mencionó que los internos sí podrían ser trasladados a cárceles alejadas, pero que ya no existe la posibilidad del trabajo obligatorio por mandato expreso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“NO MÁS BENEFICIOS”
En ese sentido, sugirió instaurar el trabajo consentido como un instrumento de rehabilitación del interno. Y esto porque -según opinó- el que actualmente realizan los internos en las cárceles es minoritario.
“Es artesanal, se presta también para una mafia porque la mayoría tiene que pagar para inscribirse en un libro de registro, en realidad uno de cada veinte hace un trabajo real, es una ficción”, consideró Álvarez en declaraciones a elcomercio.pe.
No solo eso. Mencionó que es posible que el trabajo reemplace a los beneficios penitenciario y los pagos de reparación. Incluso, a través de él los internos pueden generar utilidades a la comunidad penal para su propia manutención.
Al respecto, alertó de algunas incoherencias en nuestro actual sistema judicial como el hecho de que algunos delitos graves tienen más beneficios penitenciarios que otros más leves.
SISTEMA MEDIEVAL
El vice presidente del TC lamentó que actualmente el Perú tenga “un sistema penitenciario medieval” que se limita al castigo del interno enviándolo a un lugar hacinado.
Explicó que si bien el ciudadano busca el castigo inmediato para el que delinque, se debe pensar en la rehabilitación del reo porque “de nada vale un castigo inhumano, como el permanecer varios años hacinado en un edificio, si cuando sale a la calle vuelve a delinquir y con mayor ferocidad”.
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